En tiempos en los que las ideas no valen o al menos no son lo más relevante que puede tener un ser. En tiempos en que nos venden desde la caja mágica que tener un buen culo y unas lindas gomas 0km -en el caso de las chicas-, o una buena billetera y todas las facilidades que eso permite -en el turno de los varones- es más importante que tener una convicción y respetarla a raja tabla. En tiempos en que hasta algunos políticos parecen más movidos por otros intereses que los de un dogma ideológico.
En esos días que vivimos aperece un tipo con cara de buenaso, con panza crecida y con semblante tranquilo para darle una lección a periodistas, comunicadores, educadores y políticos. Entonces, entremezclada entre varias frases para el recuerdo, desliza con su tono de voz cancino: "Mis convicciones no las cambio".
"Me considero un tipo pensante, convencido, de principios, de valores. ninguna crítica me va a hacer cambiar mi razonamiento. Entiendo perfectamente lo que está bien y lo que está mal, me lo han enseñado desde muy chiquito. Y como soy idealista, a mis ideales los respeto hasta lo máximo". Ese es Claudio Borghi, el Bichi. Un tipo que en dos frases sobresale del común del fraserio deportivo. Y se ánima a hablar de cosas que en la sociedad parecen tabués.
Y no le basta, y si es necesario lo repite. Al menos tres veces mencionó su postura frente a su convicción, como mínimo en un trío de oportunidades vaticinó que se mantendrá fiel a su línea de pensamiento. Pero además, el último entrenador campeón del fútbol argentino se destaca por una manera de vivir, que se encuentra en la vereda de enfrente a la que nos quieren hacer creer como la "mejor manera de llevar la vida".
Y al exitismo imperante le dice: "Tampoco puedo pretender que se diga que ´vamos un fenomeno´, si no ganamos. Ahora, sería triste que si ganara, pasaría a ser un fenómeno". Y en la época en la que perder es mala palabra, agrega: "Me gusta hablar más cuando pierdo que cuando gano".
Volviendo al eje de esta nota, la consecuencia en los pensamientos, alguna vez el actual DT de River, Ángel Cappa dijo que si existía una receta para el éxito, esa constaba de tres ítems: Jugadores, una Idea y la Convicción para llevarla adelante. Cualquier similitud con los dichos del técnico de Boca ayer, es pura coincidencia.
En la misma conferencia, el ex enganche continuó con su propia descripción: "Yo sobretodo me creo una persona justa y honrada, entonces no tengo yo que cambiar nada. Mi única gran virtud es que creo que desde que nací, en el momento de mayor éxito y de máximo fracaso fui siempre exactamente igual".
Alguna vez, Steve Biko, un sudafricano que luchó contra el appartheid dijo en los meses previos a su asesinato: "Es mejor morir por una idea que sobrevivirá que vivir por una idea que morirá". Entre las frases más recordadas del Che Guevara, está una que reza: "Podrán morir las personas, pero jamás sus ideas".
Así estamos, y mientras periodistas hablan de cabarets - o los generan- en cualquier ámbito, políticos cuentan votos sin importar el por qué y constantemente nos enseñan a ser parte del "sistema", aparece el técnico de Boca para darnos una lección de ideales y convicción.
Alejandro Manzano