La "celebración" de pocos

Es la gran vedette, muchos hablan de ella, "que es un globo", "que parece de playa". dicen los arqueros. "que es complicado dominarla", "que ni loco hago un cambio de frente", afirman los talentosos "Que no le agarran la mano", "que no hay goles de tiro libre", cuentan los comentaristas estadísticos.

Si, se trata de ella: la más caprichosa que nunca esta vez llamada Jabulani.

 

Detrás del balón hay una historia poco contada, la de su fabricación. Más que a su fabricación hay remontarse a su creación: el balón del Mundial fue diseñado en la Universidad de Loughborough en Inglaterra. Está conformada por 8 paneles 3D, sellados térmicamente y moldeados con goma eva y poliuretano termoplástico, es por estos dos componentes que posee una redondez casi exacta.

Además los diseñadores eligieron decorarla con once colores, los que simbolizan a la cantidad de jugadores de un equipo y a los 11 idiomas oficiales y comunidades sudafricanas que acojeran al campeonato.

La Jabulani que se utiliza en los partidos de la Copa del Mundo es ensamblada -al igual que las tremendas "vuvuzelas"- en China y se vende al público en 120€. Pero es sabido que muchos niños y no tanto alredor del planeta fútbol quieren contar con una de ellas. Por eso la empresa de ropa deportiva de las "tres rallitas" decidió hacer réplicas para poder venderlas a menor valor (25 son los euros que cuestan estas versiones -casi una quinta parte del valor de las que patean Messi, Ronaldo y los demás en Johanesburgo-).

Esta posibilidad barata de contar con el esférico de Sudáfrica 010, tiene cuna y fabricación en Pakistán. Más precisamente en Sialkot, una ciudad de aquel país del Medio Oriente en la que radican una gran cantidad de industrias abocadas a las pelotas. Y en donde se hacen el mayor número de los fundamentales instumentos deportivos. Como quien dice, la "Belle Ville" mundial radicada en Asia.

Los trabajadores pekistaníes realizan su labor en las peores de las condiciones cobrando solamente 0,30 centavos de dólar por Jabulani terminada (lo que da un total de entre 60 y 90 euros mensuales, cifra que se encuentra por debajo del mínimo impuesto por la OIT), las jorndas llegan a ser de 21 horas diarias y no existen francos durante el mes. Además, de estar obviamente en negro, hay un 75% de contratados como trabajadores temporales para no tener que pagar la seguridad social ni los aportes para la jubilación. Algunos de los inmuiebles no poseen ni inodoros ni agua potable, y hay al menos tres de ellas que poseen a niños trabajando desde sus domicilios.

 

Todos estos datos los arroja el Missed the Goal for Workers, emitido por el Foro Internacional de los Derechos de los Trabajadores. Estas fábricas poseen licencia FIFA y no es solamente Adidas la que las utiliza para la creación de sus balones. También lo hacen Puma y Wilson, entre otras marcas de renombre a nivel global.

La organización mundial "Ropa Limpia" ha lanzado desde su web la posibilidad de enviar una carta a la FIFA para pedirle que le quite la autorización a estas industrias de ensamblar los balones.

 

Los empresarios alemanes eligieron el nombre Jabulani para bautizarla. Ese término zulú significa: "celebración". La celebración será de Adidas que busca superar lo recaudado en el 2006 con la Teamgeist (en esa ocasión fueron U$S800 millones los ganados). Mientras, los que ni se enterarán de la fiesta van a ser los trabajadores pakistaníes.